27 Oct Reputación digital y la ciberseguridad
Por:
Alejandra Boada
Marketing
Asesores Madrid
Con el auge de la esfera digital, la reputación de las marcas ha pasado a depender en gran parte de su imagen en internet. En consecuencia, aparece una de sus grandes amenazas, los riesgos de ataque cibernéticos.
No saber cómo gestionarlo o, mejor dicho, cómo prevenirlo puede ser nefasto para la reputación de una marca. “Las crisis reputacionales en Internet impactan de tal forma en la imagen de la empresa que los efectos perduran en el tiempo” (INCIBE[1]).
Una reputación positiva es fundamental para asegurar el éxito y la continuidad de una empresa, pero, si ésta se daña, puede no volver a recuperarse. Por eso, un ataque de ciberseguridad que puede filtrar los datos de sus clientes, o que hace que la marca pierda el control de sus redes sociales o dominio y, por lo tanto, del contenido que publica, puede hacer que el público pierda la confianza y credibilidad en la marca, sus productos o servicios.
Debido al teletrabajo y, a nuestra necesidad de estar constantemente conectados a la red, hemos roto la barrera entre la vida personal y la profesional, convirtiendo en algo habitual prácticas que ponen en riesgo la reputación e identidad corporativa de nuestra empresa o para la que trabajamos. Nos referimos a utilizar nuestros propios terminales a la hora de trabajar, hablar libremente en plataformas de chat sobre temas laborales, enviar información a cuentas de correo personales o usar una red compartida para trabajar desde casa.
Los “criminales cibernéticos” se aprovechan de estos actos y utilizan los ataques principalmente para su beneficio económico, espionaje o desprestigio de una marca. Por un lado, tenemos el robo o secuestro de datos e información a cambio de grandes cantidades de dinero. Por otro lado, la suplantación de la identidad (como los deep fakes) para poder robar información y datos a los usuarios o estafarlos. O el registro abusivo de nombres de dominio, donde el atacante registra un dominio web con el nombre de la empresa y recibe beneficio económico a través de publicidad que publicita en ella.
También puede publicar información falsa o contenido sensible en esta web “falsa” que puede dañar la imagen corporativa de la empresa para después extorsionar a la misma, vendiéndole el dominio.
¿Las consecuencias? La suplantación de la identidad corporativa afecta perjudicialmente a la reputación de la marca, ya que puede suponer el robo de información de los usuarios, de datos de la empresa, fraudes, estafas y extorsión. El público ya no sabrá si el contenido publicado por la marca en la red es verdadero o falso, lo que puede crear una pérdida de la credibilidad y de la integridad de la empresa. Si una gran empresa muestra que no tiene control sobre sus redes y, que es vulnerable al robo de datos, esto no solo daña su reputación, sino que puede llevar a grandes pérdidas económicas.
La forma en la que se manejan estas situaciones es fundamental a la hora de proteger la reputación online. Por ello, un buen mapeo de ciberriesgos para su prevención y un equipo de crisis para mitigar los riesgos son primordiales, así como la transparencia a la hora de comunicar los hechos.
Tú reputación online es tu carta de presentación, ¡cuídala!
*Un contenido del grupo Asesores, agencia internacional de relaciones públicas con oficinas en Madrid y Lima.
[1] Instituto Nacional de Ciberseguridad de España
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